Un paso adelante: atrevernos

Un paso adelante: atrevernos 

«Cambiando el estilo de liderazgo»

Artículo de Anna Mercadé, Directora de l’Observatori, Dona, Empresa i Economia de la Cambra de Comerç de Barcelona (Odee) 

Las mujeres cobran hasta un 25% menos que los hombres (19% según precio hora) Representan la gran mayoría de contratos a tiempo parcial sobre todo a causa de responsabilidades familiares. Tienen contratos  precarios y temporales, en su gran mayoría. Aunque hoy las mujeres están mejor preparadas y formadas que los hombres (el numero de licenciadas es mayor que el de licenciados)  encuentran muchas dificultades para realizar su carrera profesional y llegar a opuestos de dirección y de toma de decisiones Es lo que se llama techo de cristal y  que existe en todas las organizaciones y empresas  Todo ello perjudica a las mujeres en su independencia económica, y en sus futuras pensiones.

En el año 2015 el número de mujeres que ocupaban puestos de dirección era un 45% inferior al de los hombres (57.675 mujeres frente a 104.025hombres), un porcentaje que no ha variado respecto del 2005. En cambio, el número de mujeres en los puestos científicos e intelectuales supera el 29% al número de hombres (316.875 mujeres frente a 143.800 hombres) y además este ratio aumenta respecto a diez años atrás. Se nos confirma así que las mujeres ocupan un lugar fundamental en el funcionamiento de las instituciones y las empresas, y se nos confirma una vez más que hay un “techo de cristal” que les dificulta su promoción a los lugares de decisión. www.donaempresaeconomia.org

Un paso adelante: atrevernos

La causa de esta situación es una sociedad organizada desde hace cientos de años, basada en la división de roles y que hace recaer todo el peso de las responsabilidades de cuidados y de las familias sobre las mujeres que han de hacer malabarismos para poder existir. Nuestra sociedad todavía no ha asumido la responsabilidad de los cuidados, de la infancia ni de los dependientes.

La cultura empresarial creada por la sociedad patriarcal esta basada en el modelo masculino jerárquico y piramidal y en una forma de mando o Management individualista: competir, construir reputación y prestigio a base de la presencia sistemática en el tiempo y en el espacio y durante toda la vida. Poniendo la vida privada y familiar, el ocio y las amistades en función del trabajo productivo y de la carrera profesional.   

De tal manera es así que las pocas mujeres que llegan arriba de la cumbre si quieren mantenerse, se ven obligadas a copiar los patrones masculinos y a seguir estos parámetros de presencialismo y de dedicación. Además la presión del entorno para ellas (familia, amistades, medios, etc.) esta a favor del sistema, para que no cambie nada. 

Esta cultura no es nuestra, ni nos gusta, ni favorece a la sociedad, ni a la infancia, ni a la convivencia, ni a la salud, ni al Bienestar de las personas. Tampoco favorece a las empresas ni las hace más competitivas. Sino todo lo contrario. Por ello debemos cambiar esta cultura obsoleta para conseguir una nueva sociedad más equilibrada y justa.

Un paso adelante: atrevernos

Ahora sabemos que el número de mujeres que hacen funcionar las empresas, las instituciones y la Administración ha aumentado y supera al número de hombres, por lo tanto nos toca dar un paso adelante. El definitivo. Entrar al poder y a la toma de decisiones. Y la Ley nos ampara.  

Y aunque no nos demos cuenta o tengamos miedo de anunciarlo, nosotras estamos cambiando el estilo de liderazgo: participativo, integrativo para una economía ecológica y sostenible.

Este nuevo estilo de liderazgo se resume en pocas palabras: planificar y marcar estrategias a largo plazo, inteligencia emocional, comunicación y accesibilidad, preocupación por nuestros equipos y nuestro entorno, buena organización del tiempo y efectividad y orientación a los resultados.

Estamos formadas, estamos preparadas y tenemos una buena razón: una sociedad mejor para nuestra descendencia.

Ahora es la hora de actuar juntas y dar un paso adelante entrando a los centros de poder para participar en las decisiones que nos incumben, nos interesan e interesan a nuestros hijos e hijas.

Ahora debemos actuar juntas, con fraternidad y solidariamente.

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